miércoles, 20 de febrero de 2008

La penitencia de un carnivoro arrepentido

Mi castigo: medio kilo de champiñones sin cebolla ni nada mas que chiles habaneros, fritos en aceite de cártamo. Menos no me merezco por haber traicionado a la carne.

Recapitulando: salí hasta tarde de la escuela, me choca inglés, estoy cansado de pensar y quisiera ponerme una megapeda de esas que nunca me he podido poner...

o tal vez solo estoy aburrido, no se...

Tal vez es cosa de que mi hermana ya esta en la casa de Rioverde, quitándome mi lugar feliz. Amo Rioverde, pero con ella cerca, el paraiso se vuelve un hospital aséptico y desinfectado con olor a cloro...

Tal vez la carcel la cambió un poco... eso espero...

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