viernes, 26 de febrero de 2016

El Terremoto en San Ángel y el Ajusco

Recuerdo hace al menos unos 5 o 6 años, Netflix empezaba como plataforma en México.
Varios sesudos y sabios analistas de medios escritos y electrónicos afirmaron que fracasaría, porque según ellos en Estados Unidos no había levantado y por eso lo estaban trayendo a México, a tratar de salvar el barco. Que las redes no estaban aún tan generalizadas, que los dispositivos móviles eran caros, que el ancho de banda era insuficiente...
Ahora las dos televisoras más poderosas de habla hispana (y en el caso de Televisa, en cuanto a su volumen de audiencia e ingresos, tal vez del mundo) están de rodillas ante un formato que no sólo gusta, sino que se ha metido en la cotidianeidad familiar de una forma rápida y segura.
La respuesta normal de Televisa sería normalmente la utilización de su telebancada legislativa para remover legalmente a la competencia.
Aquí no pueden, porque se enfrentan a empresas extranjeras, una de ellas, Claro video y filiales, en manos de uno de los hombres más ricos del mundo. A eso se agrega que regular el Internet para favorecer un monopolio iría en contra de un par de tratados internacionales. No es como con las concesiones.
Así que su única salida, creyendo que será como cuando apareció la televisión por cable o la satelital miniaturizada, es entrar al negocio y tratar de ganar en su juego a los que ya lo dominan.
Cosa difícil. No imposible, claro, pero si jodidamente difícil. La imagen de Televisa se ha ido minando seriamente en los últimos años. La gente ya no ve sus noticias, ya no cree a sus analistas, ya no ve sus novelas (por gusto, en las partes del país donde es el único canal, pues...).
En estos momentos, Televisa y TV Azteca sólo mantienen público cautivo, aquel que es lo suficientemente pobre como para no tener ni cable ni Sky, o que no tiene internet. Pero incluso esos van desapareciendo, gracias al consumismo típico mexicano, que no tiene para ponerse techo de concreto y deja el de lámina galvanizada, pero tiene su antenita de VeTV.
Así que su público cautivo disminuye. Y su público objetivo va muriéndose de diabetes o insuficiencia renal. Cuando había una sola tele en casa, sólo se veía lo que mamá decía: telenovelas. Ahora hay de todo, todos ven lo que se les antoja y por ende, ni la publicidad ni la propaganda tienen el efecto deseado, ahora en casa cada quien piensa y hace lo que cree conveniente, no lo que mamá le dice que es bueno basada en las telenovelas que la educan moralmente.
Esto vuelve el nacimiento de BLIM una mera patada de ahogado, aunque quien sabe, es posible que dicha patada logre llevarlo a la orilla. Si es que esta no estaba demasiado lejos...
Si pusieran BLIM como servicio gratuito para sus usuarios de Izzi, sería una jugada a lo seguro, fue el mismo modo que utilizó Slim con su Claro para popularizarlo. Si, para muchos aún no llega a Netflix, pero es una muy buena alternativa, por la variedad de públicos "olvidados" por Netflix, que es más de lo "trendy" del momento.
Pero no, en lugar de eso, lo cobran. Y más caro que la competencia a la que pretenden derrotar...
Su atractivo: las novelas. Que mamá pueda ver novelas online.
pero se les olvida que para muchas mujeres de clase media baja y baja, interactuar con la tele es una especie de brujería... las mujeres no salen de la cocina, la tecnología y la ciencia es para el hombre de la casa, es lo que enseñan esas mismas novelas.
Así que ¿quien le va a poner su novela pedorra a la abuela? ¿A la mamá que siempre le pide al hijo que le revise sus mensajes del celular "porque ella no le sabe"?
uy... falla logística.
y queda otro detalle
La sobreexposición
Televisa y TV Azteca se han pasado los últimos años haciendo remake tras remake. Hasta ahora no hubo grandes quejas ni resultados negativos, porque no había punto de comparación.
Ahora, podrían estar viendo Pasión y poder, la original, al mismo tiempo que la basura malactuada y peorproducida actual. igual que Corazón Salvaje y demás decenas de remakes...
Su público cautivo ya no lo será tanto. Aunque el cerebro tienda a la "seguridad de lo conocido", el aburrimiento también aparece.
Y en esos ratos aburridos, aparecerá algo mejor, fresco y novedoso.
Eso si, a Televisa le servirá enormemente para medir la popularidad real de sus actores y conductores. Dependiendo de cuántas reproducciones consiga Facundo o Adela Micha, podrán ir captando cuánto los ama el público en realidad.
Con algo de suerte ambos acaban en una zanja en Atoyac
Pero ese es otro asunto.