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El pacto Feuderal
Y
bueno, ahora que es más público el movimiento separatista
bajacaliforniano (el cual ya llevaba algunos años gestándose) me viene a
la mente lo que al respecto dice la constitución política de los
Estados Unidos, Sucursal Mexicanos.
Teóricamente, cada estado
es libre y soberano, puede aplicar sus propios impuestos y administrar
sus propios ingresos. También puede elegir sus propias autoridades y
mantener sus propios sistemas policiacos.
En la realidad:
Las elecciones, pese a ser organizadas por organismos estatales
falsamente ciudadanos, al final son sancionadas por el órgano federal,
quien también se encarga de decir quienes pueden o no votar y de
repartir el dinero para campañas a los partidos (que luego son rasurados
por lo organismos estatales).
Las constituciones políticas de
cada estado son una simple copia de la federal, salvo algunas
adecuaciones muy superficiales en diferente entidad. Últimamente dichos
cambios se han concentrado en cuestiones moralistas, penalizando el
aborto y dañando los derechos de las mujeres. La autonomía para ser
mochos, pues.
En su administración, el gobierno federal impone a
placer, otorga permisos a empresas sin apenas consultar a los gobiernos
estatales y municipales, y cuando lo hace, simplemente suelta algo de
dinero para que las posibles protestas oficiales se aplaquen. El
gobierno estatal sólo tiene ingresos propios en trámites burocráticos,
registros vehiculares y algunas ventas y permisos industriales muy
específicos.
En el gasto, el gobierno federal ya manda muchos
de los recursos "etiquetados" para lo que ellos creen que es necesario
en el estado, pero es bastante condescendiente en su corrupción si el
régimen local pertenece al mismo partido o camarilla. Ahí tenemos a los
hermanos Moreira, o Marcelo de los Santos en los dos sexenios panistas.
Los gobernadores tienen la oportunidad de gobernar y hacer negocio con
el erario de manera casi absoluta si tienen buena relación con "el
centro".
Y ahora, aprovechando la guerra contra el narco, se ha
decidido unificar y militarizar los mandos policiacos, quitando
atribuciones a los gobiernos estatales en cuestión operativa, selectiva y
administrativa. Una policía a las órdenes del siñor presidente, con la
venia del sátrapa local.
El meollo del asunto está aquí:
Digamos que habitan un estado, como, tal vez, Oaxaca, y quieren remover
a su actual gobernante por corrupto, asesino e hijodeputa. TODA la
sociedad se moviliza para exigir su salida, ocurre lo impensable y
burgueses y proles se toman de la mano para tirar al titular. Incluso la
policía local se niega a reprimir, impide la violencia pero no la
ejerce contra la gente con la que convive diariamente.
Llega la policía federal, y posiblemente también el ejército, y santo remedio.
Sólo para eso sirve por ahora el pacto federal, para evitar que una movilización local remueva al señor feudal.
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